domingo, 19 de junio de 2005

Cuartos

Rebotando entre cúmulos de paredes,
ahogada.
Veo fondos
de ojo
fondos bajo
una costumbre de hilo ovillado
que se me enreda en la cabeza
y se van hamacando humos de colores.
Una pausa se me escapa mientras la respiración
persigue,
a lo anterior a mi,
ese algo que viene,
que soy,
ese algo que se viene desde adentro,
descascarando mis uñas bajo un reflejo azul,
contra un naranja imperfecto.
Estoy aferrándome a vos
a esa ausencia que me grita
que salga,
ahí,
hacia donde nunca miré,
hacia adentro,
donde culmina mi espalda
y mis debilidades mustias se tornan espirales
(me relajo, miro, toco, fumo).
El audaz me empuja hacia un abismo en caudales,
lleno de resortes infinitos en forma de pez.
Una cuerda de piano que me palpa la boca
me llega a la garganta y me acaricia los ojos.
Algo, de acá,
de allá,
de nunca,
con forma de gato,
me arrastra

(el abismo como un exprimidor de naranjas,
y yo que me quedo en el carozo).
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